El ajedrez se juega en silencio... lo demás es fútbol.
El Ajedrez que juega Dios es matriarcal y el acostumbra a parear al rey negro con el rey blanco para dejarlos de observadores fuera del tablero. Recién ahí la partida se torna emocionante y comienza a buscar los equilibrios cooperativos. Por que esa es la gracia de los juegos cooperativos... tienen solución única y ésta está en su único punto de equilibrio... en el que "todos juegan y todos ganan". El entrar a jugar desde un punto de desequilibrio sólo muestra la incompetencia y falta de calidad del jugador. Debe primero equilibrar su plato de fichas. Incorporarse con sus subsistemas equilibrados.
Las matemáticas de los equilibrios cooperativos están escritas desde 1950, pero la mercantilización del espíritu de Adam Smiht no ha permitido su aplicación.
“Todos juegan, todos ganan” la ética de Dios escrita en matemáticas por John Forbes Nash jr. Un ajedrez perfecto... en el que los reyes no hablan... no son para eso.
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